sábado, 30 de abril de 2011

El Primero de Mayo, día de lucha contra el capitalismo de la clase obrera, campesinos, mujeres, estudiantes, desempleados y marginados


El Primero de Mayo sigue siendo un gran día de lucha, pero no basta con recordar románticamente a la clase obrera; ahora hay que unir a todos los sectores explotados como su gran día; es también el día de los campesinos, los estudiantes, las mujeres. Es el día de la clase trabajadora, también de los desempleados y los marginados. Es un día más que prepara la revolución social y cultural contra el capitalismo, el imperialismo y las derechas.
Llevamos casi 120 años recordando aquel primero de mayo de 1889. Aquellos obreros masacrados por los explotadores y sanguinarios capitalistas. Imposible dejarlos de recordar porque esos ejemplos enraízan más nuestros sentimientos a favor de los explotados. Pero también recordamos a los obreros mexicanos masacrados en las huelgas magonistas de Cananea y Río Blanco en 1906 por las fuerzas militares combinadas de yanquis y mexicanos porfiristas. Recordar es vivir, pero también debe obligarnos a pensar en que el Primero de Mayo es un día de combate, de protesta, de reflexión sobre el papel que debemos cumplir como explotados y oprimidos para sepultar este sistema capitalista que, por lo menos los últimos tres siglos, ha mantenido a la inmensa mayoría de la población en la pobreza y la miseria. Ya no basta con celebrar ese día, ahora es necesario transformarlo en un día más de combate contra el sistema de opresión, reivindicando los derechos obreros y a los oprimidos del mundo.
El Primero de Mayo es el día mundial del trabajo contra el capital, el día de lucha y combate de los trabajadores contra el sistema de explotación capitalista. Es el día que debe servir para manifestar con mayor claridad y vehemencia la lucha de clases que, obviamente, no puede desaparecer mientras haya clases sociales. ¿O alguien piensa que ya no existen explotadores y explotados? Toda la izquierda del mundo se agrupa con los obreros para conmemorar ese día contra la derecha empresarial y gubernamental que tanto lo odia. En México los anarquistas magonistas lo conmemoraron combativamente hasta que los gobiernos del PRI lo incautaron aboliéndole su lado anticapitalista. En los últimos 25 años, a pesar de que los gobiernos del PRI y el PAN han tratado de desaparecer el recuerdo de ese día, los poquísimos sectores obreros que salen a la calle junto a estudiantes, sectores izquierdistas y anarquistas, lo recuerdan combativamente.
Hasta los años sesenta, las corrientes marxistas (leninistas, trotskistas, espartacos, maoístas, guevaristas, todas ellas seguidores de Marx y Lenin) pensaban que la clase obrera indudablemente sería la vanguardia de la revolución proletaria que pondría las bases para construir el socialismo. Los campesinos y las demás clases o sectores oprimidos, sólo jugarían el papel de apoyo a la clase obrera. Se repetía (o repetíamos) que la contradicción principal “antagónica”, natural, irreconciliable en el sistema capitalista, era entre el proletariado y la burguesía, no entre pobres y ricos, campesinos y terratenientes o entre corruptos y honrados, que eran contradicciones secundarias. Se pensaba, de manera general, que la clase obrera, al destruir a la burguesía como clase explotadora se destruía así misma como clase explotada y esto llevaría a la desaparición del trabajo asalariado y la plusvalía. Nada de eso sucedió, pero sigue presente la idea.
La realidad es que el papel de vanguardia, así como de enterradora de la burguesía explotadora, siempre se le dio a la clase obrera de la gran industria. Marx había partido de estudios profundos de la economía, la política, la historia en el siglo XIX y resaltaba ante su vista ese enorme papel que jugarían los obreros (principal fuerza productiva, creadora de la riqueza en el capitalismo de su tiempo y las siguientes décadas) y veía que los campesinos, aunque eran el sector más grande en número, no era el sector moderno del capitalismo como tampoco lo eran el artesanado o el miserable marginado. Sólo la clase obrera, que se multiplicaba en todos los países capitalistas modernos, era la clase revolucionaria, la única que podía acabar con la explotación reinante. No se podía pensar que serían los indígenas, los estudiantes, las mujeres o, como hoy, los del sector terciario, del “proletariado de cuello blanco” o de los servicios.
La realidad es que el capitalismo, sin dejar de ser un sistema dividido en clases sociales, así como extremadamente injusto en la distribución de la riqueza, sufrió gigantescas transformaciones tecnológicas desde fines del siglo XIX y durante el XX que recompusieron su estructura de explotación. Las grandes fábricas del XIX se transformaron en poderosas empresas internacionales con una tecnología que también transformó la producción. Los obreros crecieron en número pero no en la misma gran proporción que la maquinaria y la producción; surgieron nuevos sectores de clase (la burocracia, los obreros de cuello blanco, los técnicos, los universitarios, los científicos), en fin, todo un gran sector de servicios que desde los años sesenta comenzaron a superar a la clase obrera en importancia para el capital. La misma clase dominante (la burguesía) encontró formas para controlar las organizaciones obreras con el fin de encuadrarlas y dominarlas. La ideología de mediatización jugó importante papel.
Los obreros del Manifiesto Comunista (1847), de El Capital (20 años después), de la Primera Internacional y Comuna de París, son distintos a los de la Socialdemocracia reformista de la II Internacional (1889) o de la III Internacional 30 años después. Esta internacional de Lenin, que luego se convertiría en la autora de la consigna creadora de casi todos los partidos comunistas del mundo, había surgido siete décadas después que Marx y Engels lanzaran de grito de “¡Proletarios del mundo, Uníos! o ¡La liberación de los obreros sólo puede ser obra de la clase obrera misma! Si Marx hoy estudiara el sistema de explotación capitalista que sigue predominando en el mundo a los 160 años de su programa comunista, encontraría a la burguesía explotadora mucho más fortalecida, incluso internacionalmente, con un aparato militar de guerra que jamás soñó, con una clase obrera integrada en gran parte al sistema pero con otra dispuesta siempre a luchar, pero ya no pensaría que “sólo la clase obrera”, sino en otros sectores explotados y oprimidas.
Hoy pensar en el proletariado (por aquello de que es la clase con más prole) es pensar en toda la clase explotada y oprimida por el capitalismo: obreros, campesinos, indígenas, mujeres, estudiantes, pacifistas, defensores de derechos humanos, teólogos de la liberación, homosexuales, marginados, etcétera. Sin hacer a un lado la intensa difusión de las ideas de la democracia burguesa y formal (que se reduce a lo electoral) con las que se quieren velar o cubrir todo, no se puede tapar la vigencia del pensamiento marxiano de la lucha de clases, del dominio de una clase por otra, de la necesaria revolución violenta o pacífica, según el caso. Pero también la clase opresora no puede reducirse a la fabril como en los tiempos de Marx. Las grandes empresas transnacionales, los bancos mundiales, los grandes monopolios, los poderosos medios de información, la industria armamentista. La batalla entre clases se ha hecho mucho más grande y profunda: los dueños del poder y del capital son mil veces más poderosos por eso la clase explotada también se ha diversificado y se ha extendido.
El Primero de Mayo sigue siendo un gran día de lucha. Su objetivo primario de recordar el combate obrero no ha cambiado. Sin embargo hoy es necesario darle mayor profundidad. No basta con recordar románticamente a la clase obrera de aquellos días de 1889 o 1906. Ahora hay que unir a todos los sectores explotados como su gran día: es también el día de los campesinos, los estudiantes, las mujeres; es el día de la clase trabajadora, también de los desempleados y los marginados. Es un día más que prepara la revolución social y también la revolución cultural contra la ideología, la tradición, la cultura y las costumbres burguesas. En México Los electricistas del SME parecen estar en la vanguardia, pero junto a ellos están también otros obreros mineros, telefonistas, refresqueros, de la industria automotriz, así como maestros, indígenas, campesinos y sectores populares. Pero también está la APPO, la CNTE, los zapatistas y todas aquellas izquierdas dispuestas a continuar luchando contra el capitalismo, el imperialismo y las derechas.


Historia del 1º de mayo


El Primero de mayo o día del trabajador se celebra en todo el mundo, pero que dice la historia.
En muchos lugares del mundo el primero de Mayo, día de los trabajadores, es conmemorada y se recuerdan los derechos del movimiento obrero mundial. Pero sabemos cómo, cuándo y por qué es feriado. Remontémonos a la historia.
En el año 1886, las jornadas laborales en Estados Unidos eran de 18 horas, lo que a estas alturas es algo absurdo y de abuso, pero en ese tiempo era normal hasta que aparecióuna organización de Chicago llamada Noble Order of the Knights of Labor (Noble Orden de los Caballeros del Trabajo), quien comenzó a luchar por la reducción de la carga horaria a 8 horas. Después de mucho tiempo y por la presión debido a las constantes huelgas que se realizaban en todo el país, lograron que la parte empresarial cedieran frente a este cambio.
Pero no todos respetaron este acuerdo y fue así como la fábrica Mc. Cormik de Chicago no quiso reconocer la victoria de los trabajadores frente a el poderío empresarial, cuestión que fue rechazada por los empleados y por todos los que lucharon por este cambio y comenzaron nuevamente las manifestaciones en las afueras de la fábrica y el 1 de mayo de 1886 la policía comenzó a disparar contra los manifestantes, dejando heridos y muertos en el camino, lo que se repitió en los días restantes.
El día 4 de mayo una bomba estalló contra las fuerzas policiales, hecho conocido como el Haymarket. Como resultado ocho trabajadores fueron condenados por este hecho, de los cuales cinco a muerte y tres a cadena perpetua, sin comprobar su culpabilidad en los hechos.
Desde ese momento y en algunos lugares del mundo el día del trabajador es conmemorado y recuerda a los mártires de Chicago y es una fiesta reivindicativa de los derechos de los trabajadores, pero curiosamente en el lugar donde tuvo origen (EE.UU)esta fecha no se conmemora y en su remplazo, el primer lunes de septiembre se celebra el Labor Day, con un desfile realizado en Nueva York y organizado por la Noble Order of the Knights of Labor.